Es lejano el canto de las
sirenas, no se escucha las alertas retumbar en todos lados, por allí no
funcionan mucho los simulacros, quizás se sepa con anticipación los desastres,
quizás se puedan evitar, pero el silencio es más bonito a esta distancia y
girar la mirada nos evita involucrarnos en la desdicha. Es mejor saber de esos
lares en pasajes bíblicos o cuentos de mil y unas historias.
No interesa la desproporción de
los ataques, que la respuesta sea una masacre. Ojo por ojo y el mundo se
quedará ciego, un sentido más que perder, porque ya se quedó mudo. No conviene
evitar conflictos, provoca mayor demanda en el mercado de armas. Es mejor
solapar al aliado y condenar a los enemigos.
¿Escuchas? ¿No? Acércate, parece
ser una sirena a lo lejos, probablemente lo confundamos con eso, en realidad
son madres que lloran a sus hijos o niños que buscan a sus padres, puede que
sea alguien preguntándose por qué…Ellos lloran el ser que viven y exigen las
madres que se van.