jueves, 24 de julio de 2014

Las mil y una noches

Es lejano el canto de las sirenas, no se escucha las alertas retumbar en todos lados, por allí no funcionan mucho los simulacros, quizás se sepa con anticipación los desastres, quizás se puedan evitar, pero el silencio es más bonito a esta distancia y girar la mirada nos evita involucrarnos en la desdicha. Es mejor saber de esos lares en pasajes bíblicos o cuentos de mil y unas historias.

No interesa la desproporción de los ataques, que la respuesta sea una masacre. Ojo por ojo y el mundo se quedará ciego, un sentido más que perder, porque ya se quedó mudo. No conviene evitar conflictos, provoca mayor demanda en el mercado de armas. Es mejor solapar al aliado y condenar a los enemigos.

¿Escuchas? ¿No? Acércate, parece ser una sirena a lo lejos, probablemente lo confundamos con eso, en realidad son madres que lloran a sus hijos o niños que buscan a sus padres, puede que sea alguien preguntándose por qué…Ellos lloran el ser que viven y exigen las madres que se van.

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